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Si el mestizaje y el intercambio de ideas son el motor que pone en marcha la innovación musical, la colonización española de América (con su consecuente encuentro de civilizaciones europeas, americanas y africanas) revolucionó al máximo esa máquina de creación, evolución y nacimiento de nuevos estilos musicales: el intercambio de ritmos, melodías y cadencias que luego daría lugar al jazz fue, siglos antes, el origen primero del flamenco.

 

Por las ciudades andaluzas y americanas circulaban, en fusión y confusión, cantes y danzas de ida, vuelta y otra vez ida, del golfo de Guinea al Caribe y de ahí a Triana y al golfo de Cádiz: un verdadero, deslocalizado, bullente melting pot donde jácaras, folías y chaconas eran patrimonio común de la música popular y de la culta. Guarachas de Zéspedes que nos recuerdan a tanguillos de Cádiz, romances medievales transmitidos boca a boca, fandangos de entonces y de ahora, siguiriyas con acordes de passacaglia... músicas que quedaron hace siglos por escrito y que dos espíritus creativos como los de Fahmi Alqhai y Arcángel buscan esas sendas hoy inexploradas a través de la fecundación mutua del flamenco y la música barroca. 

 

 

 

 

 

 

 

Fahmi Alqhai — viola da gamba y dirección musical

Arcángel — cantaor

 

ACCADEMIA DEL PIACERE

Miguel Ángel Cortés— guitarra flamenca

Agustín Diassera — percusión flamenca

Rami Alqhai — viola da gamba

Johanna Rose — viola da gamba